
Néstor Kirchner entró al salón entre aplausos y saludos, y en su camino se abrazó con  Lula y su influyente asesor internacional, Marco Aurelio García. Luego  Correa le tomó juramento. “Juro defender con lealtad el cargo de  secretario general”, contestó. “Que las futuras generaciones lo  recuerden”, celebró Correa.