martes, 4 de septiembre de 2012

Encuentro de Centros de Estudiantes de la Región Centro


Este 25 de Agosto en Córdoba se realizó el Encuentro de Centro de Estudiantes de la Región Centro (integrada por Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba y La Pampa),  por una FUA de todos los estudiantes. En dicha jornada participaron alrededor de 50 compañeros de La Cámpora Universidad Entre Ríos, quienes debatieron y reflexionaron sobre la necesidad de seguir trabajando en pos de consolidar un organismo gremial que represente la diversidad del movimiento estudiantil y tome medidas tendientes a transformar la realidad en pos del bienestar de los estudiantes Universitarios.

“El descreimiento de la FUA Morada se ha impuesto como una clara motivación que permitió a los estudiantes unirse y organizarse para asumir el desafío de conformar un nuevo espacio gremial, que represente a todos los estudiantes, transparente, plural, inclusivo, que asegure el debate respetando la diversidad de opiniones, que no genere solo discursos sino también que haga de este espacio gremial una verdadera herramienta de transformación para la dignidad de los estudiantes, comprometida con el Pueblo y el desarrollo del País y la Patria Latinoamericana”, se argumentó.

Por otro lado se resalta el compromiso de los compañeros de la Cámpora Universidad de Entre Ríos por seguir promoviendo la unión y organización de todas las agrupaciones universitarias, replicando instancias de debate en toda la provincia de Entre Ríos. Como así también asumiendo el compromiso por trascender las fronteras provinciales de la militancia, para profundizar los procesos de integración regional, compartiendo no solo espacios de debate sino también acciones militantes solidarias, eventos culturales, entre otras.

Para finalizar se difunde el documento final elaborado en dicho encuentro:

Córdoba - 25 de agosto de 2012

DOCUMENTO FINAL – ENCUENTRO REGIONAL DE CENTROS DE ESTUDIANTES DE LA REGIÓN CENTRO


El movimiento estudiantil ha nacido y se ha desarrollado al calor de las luchas. El luchar por una sociedad más justa e igualitaria ha sido el histórico legado de generaciones de juventudes que dieron su vida por esa construcción. En ese sentido, la nuestra, la generación de jóvenes del bicentenario, ha entrado en la escena política con el firme afán de retomar las banderas de transformación, de los desposeídos, de las masas de descamisados que tomaron la plaza reclamando por una Argentina con soberanía política, independencia económica y justicia social.

Esa justicia social que implica, ni más ni menos, la participación de la gran masa del pueblo en la definición de las políticas de esta gran nación, que es Argentina en su forma pero Latinoamericana y Caribeña en toda su extensión y contenido.

Esa participación en la definición de las políticas es la que durante años el movimiento estudiantil argentino ha reclamado de su Federación Universitaria y que sistemáticamente la Franja Morada y sus cómplices –por izquierda y por derecha- no han hecho más que subsumir, despreciar, desconocer.

Sin embargo, el sol no puede taparse con la mano. Hemos llegado aquí, a la Universidad de la Reforma, la de los 400 años, la de la Ciudad Universitaria construida al calor de la gratuidad de la enseñanza, a la ciudad universitaria que con sus masas de estudiantes marchó codo a codo con los trabajadores en aquel glorioso mayo del 69´. Hemos llegado aquí a decir el movimiento estudiantil es otra cosa, cualitativamente es otra cosa muy distinta a esa burocracia que expresa hoy la Federación Universitaria Argentina, usurpada ilegítima y fraudulentamente por una juventud vieja de ideas, conservadora en sus principios, fósil y ciega a los avances que los pueblos latinoamericanos han decidido emprender a partir de la recuperación de sus estados con políticas públicas para todos y todas.

Es así que nuestro sistema universitario argentino ha experimentado grandes avances a partir de esta firme decisión del Estado de apostar a la recuperación de las universidades nacionales, a la creación de nuevas universidades de raigambre popular, a la creación de programas de becas y voluntariados universitarios que han tendido nuevos puentes con los sectores populares. Sin embargo, sería de necios negar que aún debemos avanzar en el desarrollo de políticas que profundicen el carácter popular de los planes de estudios, de la política científica y de vinculación con la sociedad. Aún hoy subsiste la matriz ideológica implantada por el neoliberalismo en la producción de conocimientos, en la formación de profesionales. Y esto es, en gran medida permitido a partir de la ya anacrónica y perimida Ley de Educación Superior aprobada en la década de los 90´s y que, a pesar de las profundas transformaciones que está atravesando nuestra sociedad, aún subsiste pese a todo.

Debemos entonces articular un movimiento estudiantil vinculado a las organizaciones sociales, sindicales, de desocupados, de campesinos, de indígenas, para que este nuevo paradigma de ciencia, de Universidad Popular, de formación de profesionales, realmente incluya en las decisiones y en la configuración de las políticas a todos los actores que constituyen la gran masa del Pueblo Argentino y Latinoamericano.

En este sentido vemos perentorio el repensar y redefinir el concepto de extensión universitaria. Debemos entenderla a ésta como la articulación de la universidad con el pueblo, no entendiendo a la universidad como la poseedora y depositaria del saber, sino como un actor más, importante sí pero no el único en el proceso de construcción de conocimiento que debe ser dialéctico para no caer en el simple academicismo y cientificismo ajenos a las verdaderas necesidades del pueblo, de las comunidades. Para ello se deberán favorecer las prácticas sociocomunitarias obligatorias en los planes de estudio como manera de acercar al estudiante a los problemas concretos y, a partir del desarrollo conjunto de las soluciones, concretar un proceso de una política académica de, desde y para el gran campo del Pueblo -cooperativas, pymes, organizaciones sociales, etc-.
Por ello también consideramos necesario el repensar el concepto de autonomía universitaria, para entenderla a esta no como la desvinculación de la Universidad con el Pueblo -para caer en la dictadura de los mercados-, sino como actor que participe activamente en el diseño y en la ejecución de políticas de Estado activas para la recuperación de los derechos de todos y todas. Por ello, la autonomía es fundamental, pero no la neutralidad ante los procesos que convierten a veces a muchos sectores en agentes de la reacción al mantenerse ajenos a los avances que los pueblos con sus luchas están conquistando.

La FUA entonces deberá ser partícipe de los procesos provinciales y regionales del movimiento estudiantil, para construir así, desde las bases y con REAL conocimiento de las vicisitudes de los estudiantes de TODAS las regiones del país, una política gremial de alcance nacional que se construya así, desde las bases y no como actualmente a partir de reuniones cerradas que no sirven, realmente, de nada. De esta forma, a partir de las luchas gremiales –becas, comedor, política cultural, de deportes, boleto, bandas horarias, de articulación con los sectores de la educación media, de ingreso y permanencia al sistema universitaria a partir de la contención y acompañamiento, etc.- particulares se deberá pasar a ver las causas reales de los problemas y dar así las discusiones políticas urgentes que solucionarán los problemas de índole gremial pero también sus verdaderas causas que se hallan en las reminiscencias neoliberales que aún subsisten en el sistema universitario nacional.

Tenemos la firme convicción que debemos construir una organización estudiantil, de alcance nacional, que contenga a TODAS las fuerzas políticas, con reglas claras, con mecanismos de debate continuo que permitan al conjunto de las organizaciones estudiantiles, nucleadas en centros y federaciones regionales ROCONOCIDAS y NORMALIZADAS, participar democráticamente en las discusiones. No habrá, porque no está en la génesis nuestra, la de los estudiantes argentinos, procesos de violencia, de segregación, de discriminación como los que realizan la Franja Morada y sus cómplices actualmente. Y repetimos, queremos que TODOS participen, con reglas claras de participación, de una FUA DEMOCRÁTICA, PARTICIPATIVA y DE LOS ESTUDIANTES que funcione como una herramienta efectiva de transformación social.